978-607-495-577-4
Suele decirse que la poesía es justo aquello que se pierde en la traducción. Herson Barona parece arriesgar en este libro una (in)definición aún más incierta y que me interesa más: la poesía es aquello que se pierde en su escritura. O no. Más bien no. Más bien: la escritura del poema es entendida aquí como la traducción de otro poema que no existe pero que tendría que existir. O, más bien, que existe sólo después de su traducción. Lo que quiero decir es que estos poemas son la traducción felizmente equívoca de un poema posterior: son el error que lo origina, la sombra que produce el cuerpo que la proyecta. Lo que quiero decir es que la invención de ese otro poema, el que no se puede escribir —sólo traducir—, es lo que realmente importa aquí. Y para ello, y mientras tanto, los poemas pueden hablar de cualquier otra cosa cuya aparente lejanía invite a su traducción con todas sus dichosas posibilidades de error y malentendido: de kamikazes, por ejemplo.