Sinopsis:
Existen diversas formas de acceder a los libros. La lectura, por supuesto, es una de ellas. Pero hay otras más extrañas, absurdas o caprichosas. Hay quien, mediante los libros, intenta evadirse del mundo, enloquecer o convertirse en uno de ellos. Hay quien hace libros, los vende o se los agencia violando la ley. Hay quien los persigue y los resguarda como oro en paño y quien muere sepultado entre pilas de ejemplares polvorientos. Éste es un pequeño recorrido por algunas formas peculiares de acercarse a los libros. Aunque son todas las que están, no están todas las que son, porque apropiarse del libro es una tarea individual, un tormento o placer privados. Tal vez lo único que consiga hermanar a los enfermos del libro sea la necedad, convertida en lucidez, de creer que la vida es un libro abierto y listo para ser leído. Tal vez después de esa lectura, gustosa o repulsiva, el lector advierta que, más allá de la tinta y el papel, todos somos habitantes del libro.
Sinopsis:
Las personas lectoras no conciben el camino de la vida sin acompañarse de páginas que provocan placeres y displaceres. Pero hay también —oh, dolor— gente que finca su felicidad en alejarse de los libros como del demonio, y hasta lo recomienda a los animales del rebaño que le han confiado.
Para muchos la lectura no pasa de ser un pasatiempo, y se refieren a este juego de la inteligencia como una forma de matar el tiempo. Otros, en cambio, ven en toda lectura un reto, y algunos más convierten la lectura en rito.
Sinopsis:
Angostura: en defensa del leer es una serie de ensayos poéticos que se deshilan alrededor de una propuesta central: leer y escribir en tanto las caras de una misma moneda. El acto de escritura como apropiación del mundo que conlleva comprender que sólo se escribe la vida cuando se sabe leer lo otro. Este sutil engranaje se fundamenta en la interpretación a manera de un diálogo con la tradición que se hereda y que al comprenderse se actualiza volviéndose un río de pura presencia. Diría que la intertextualidad es fundacional: hablar con lo ido es formar parte de un torrente de pensamiento que se encadena a través de la lectura.
Sinopsis:
Los jardines abandonados se inscribe en una épica de la derrota: esa especie de noble triunfo que existe en asumir la caída. Nada es como imaginábamos a los veinte años, ni el amor ni la escritura, tampoco los mitos que creamos alrededor de nosotros mismos o de la felicidad. Nada se salva del derrumbe, parece advertirnos Félix Suárez. Mediante una prosa tan precisa como íntima, estos epigramas y aforismos revelan aquello que queda después del desencanto: un plácido sinsentido que nace de la contemplación y la lucidez, “la feliz desesperanza”. De este modo, al decir de Juan Domingo Argüelles, Los jardines abandonados son “un destilado fino, de alta gradación. Sus páginas siempre van aumentando en intensidad, de modo que cuando llega el lector a la última página, ya no queda nada por decir. Acaba uno exánime, pero sabiendo del todo que esto es la vida o que esto es también la vida”.
Sinopsis:
Los autores plantean la lectura como un acto íntimo y solitario, como una práctica sociocultural y escolar. Acuden a la escritura libre de riesgos, más significativa en tanto más alejada de la evaluación y el formalismo. Proponen algunos principios básicos para formar lectores: escuchar al que lee, leer por sí mismo, hablar y escribir para recuperar la voz propia. Resaltan la importancia de la lectura en voz alta en la formación de lectores y el papel del lector que, frente al texto, construye significados y se apropia de la palabra del autor en un diálogo franco. Estos volúmenes están dirigidos a promotores de la lectura, mediadores, bibliotecarios y maestros. La idea central es incorporar a las actividades de lectura y escritura (escolares o no) los saberes previos y cotidianos que ofrecen las prácticas sociales del lenguaje.